lunes, 9 de diciembre de 2024

Coplas del adiós


 




¿Qué vi a la luz de la luna? 

No sé

Después me lo dijo el sol 

que dentro de mí hay un hueco, 

un hueco pequeño, sí. 

No quiero dejarlo huero, 

                                no puedo llenarlo yo.


No me importa que me mires.

no

No quiero que me sigas mirando 

que los ojos no han nacido para espejos, 

son luceros que al andar 

siempre buscan 

                                otras luces a su lado.


Rayo rayito blanco,

que sí.

Rayo de sol o de luna, 

llenas el calor o avivas la ternura. 

Sales y no vuelves. 

Te quedas dentro, te quedas fuera 

y brotas con la vida 

                                  por compañera.


Hay dos nubes que se miran

cara a cara:

nube negra, nube blanca. 

Pronto saldrá la chispa, 

chispa de roja muerte 

que no sabes a dónde va 

                        ni sabes por dónde viene.


Nadie ha hablado con el viento,

no importa.

Si tú paras y escuchas, lo entiendes. 

Sabe rugir, sabe cantar, 

a veces susurra o llora. 

Es un amigo sincero: 

                        siempre avisa, nunca miente.


Aunque tu boca siga cerrada 

qué mas da.

Habla tu silencio, tu ceño, 

tus ojos, tu cabeza agachada. 

Un secreto no es guardar, 

hacer vacío, sí, poner distancia. 

                          Saberlo, no va a tirar la muralla.


La luna llena de invierno 

es fría.

La intensa calma y su noche 

lloran rocío al romper el día. 

El sol secará las lágrimas,

pero hará brotar sudor

                           en tu rápida huida.


Mira que te mira,

mira

Ya no te estoy mirando. 

No dices, ni nos decimos nada, 

no puedo ver la luz de tus ojos,  

ya no estás a mi lado. 

                            Mira, yo sigo andando.



viernes, 29 de noviembre de 2024

A una yonki rehabilitada

 

I

La aguja


No vale, 

    andar no vale, 

no sirven los pies en la tierra.


No vale, 

    correr no vale, 

no sirve cansarse sin meta.


No vale, 

    crecer no vale 

no sirve esperar a que seas.


No vale, 

    luchar no vale, 

no sirve ya la pelea.


No vale, 

    vivir no vale, 

no sirve de nada,

                  nada merece la pena.



Volar,

     flotar  

        huir

            ansiar... 

                        arranca hacia la nada 

                        el motor de tu vena.


II

La vida


Nunca es demasiado tarde

Bébela,

aunque solo te quede un trago 

                                            aún está ahí, 

sin miedo a que te amargue 

sin dejar que se enfríe. 

Ahora sí que es tuya 

                                y de nadie más, 

sin ansias ya... Bébela

Nunca es demasiado tarde


Ándala,

aunque te hayan segado la hierba en los pies 

y te hayan borrado el camino, 

                                           aún queda horizonte.

No importa que a tu reloj 

le haya dado cuerda el vértigo. 

Ahora sí que es tuya 

                                  y de nadie más. 

Sin prisas ya...Ándala.

Nunca es demasiado tarde


Compártela,

aunque te la hayan reducido a guiñapo 

aún puede abrigar a alguien, 

sin miedo a que se rasgue 

                                        sin reservar ni un hilo. 

así es más tuya que nunca 

                                y de quien tu quieras. 

Sin dudas ya... Compártela

Nunca es demasiado tarde.