martes, 1 de noviembre de 2022

Tempus fugit

 pasado





Me lo dijo.                                 

Fue el torrente, 

danza eterna

¿Quién si no podría hacerlo?


                        

                         "No busques aquí remansos 

                         es un agua arrolladora 

                         que cantea los guijarros".


La espuma lo dibujó, 

las piedras lo recitaron:


                          "En ese cauce de vértigo 

                           no se divisa el pasado"


 

presente




Me lo dijo.

Fue la mar,

fragor profundo

¿Quién si no podría hacerlo?


                                 "No esperes echar raíces.

                                  No hay tierra firme posible, 

                                  lo mueve todo a su paso"


En la arena quedó escrito, 

las olas lo subrayaron:


                               "El ahora, como el mar, 

                                     están en continuo cambio"



futuro


Me lo dijo.

Fue el viento

que no duerme

¿Quién si no podría hacerlo?


                                "No hay reductos cobijados 

                                del empuje de su soplo. 

                                No intentes vivir al pairo."


La brisa lo susurró,

lo voceó el tornado:


                                 "El futuro y la sorpresa 

                                  van unidos de la mano".






sábado, 24 de septiembre de 2022

Oración


(Variaciones sobre el salmo 130) 


Qué bonito es, Padre, 

caminar con las manos abiertas 

sin miedo a perder nada.



        Qué bonito es, Padre, 

        mirar todo con ojos limpios 

        sin que pretendan poseer.


Qué bonito es, Padre, 

levantarme y palparme a mí mismo 

sin tropezarme con cosas.


        Qué bonito es, Padre, 

        sentir las miradas de frente 

        sin distancia ni superioridad.


Qué bonito es, Padre, 

crecer respirando tu esencia 

sin inhalar perfumes de narcisos.


       

         Qué bonito es, Padre, 

        erguir la vista hasta el horizonte 

        sin quedarme colgado en espejos.


Qué bonito es, Padre, 

cultivar la esperanza en mi balcón 

sin desear que suban a él plantas trepadoras.


        Qué bonito es, Padre, 

        abandonarme mecido en tus brazos 

        sin temer el estrés o el fracaso.


Qué bonito es, Padre, 

desear que todos los hombres 

te gocen así algún día.





jueves, 24 de septiembre de 2020

Coplas del mamar



 Chupa que te chupa, chupa.

Chupa hasta saciarte, nena.

Chupa que te chupa, chupa,

 que son de mamá esas tetas.


Mira  mi perla morena, 

todo lloros, todo caca. 

Sé que tu primer sonrisa 

me va a derretir las entrañas.


Mira mi cosita dulce 

cómo se duerme en la cuna.

 Desde que brotaste de mí

 aprendí  lo que es ternura.



Chupa que te chupa, chupa.

Chupa hasta saciarte, nena.

Chupa que te chupa, chupa,

 que son de mamá esas tetas.



Mira mi dolor embrujado, 

mi niña con aire de mar, 

agarradita a mi cueva 

y yo sin poderla soltar.


Mira mi manojo de arrugas:

 sé que es de él y sé que es mía.

 Sé que es parte de un nosotros

 y nos va a llenar de vida.



Chupa que te chupa, chupa.

Chupa hasta saciarte, nena.

Chupa que te chupa, chupa,

 que son de mamá esas tetas.



Mira mi boquita glotona,

parece que me seca por dentro.

Cada gota que me arranca

se vuelve un torrente de besos.


Mira mis ojos de ensueño, 

cerraditos me dejan vivir.

Si los abres y me llamas

me haces toda para ti.



Chupa que te chupa, chupa.

Chupa hasta saciarte, nena.

Chupa que te chupa, chupa,

 que son de mamá esas tetas.






domingo, 13 de septiembre de 2020

Primer amor, primer dolor


En cuatro alegorías


 CANTO 1º

"VIENTO"


La niña salió de pronto: 

no pudo más, 

ansiaba salir de nuevo.


La paralizó en la esquina, 

no sabía cómo hablaba el viento. 

Se lo dijo de golpe, arrogante, 

en un torbellino violento. 

Se lo dijo y sus silbidos 

penetraron en su adentro. 

 La paralizó en la esquina 

se quedó turbada en ecos.

Se quedó perpleja en ruidos 

y volvió ensordecida de viento.

 

El silencio de la noche 

reprodujo en sus oídos 

el golpear de los ecos. 

Quiso esconderse del susto 

en la trenza de sus brazos. 

No sabía se era cierto, 

no quería escucharlo otra vez, 

no entendía el lenguaje del viento. 




CANTO 2º

"BOSQUE"


La niña se escapó al bosque:

no pudo más,

soñaba desvelar su secreto.


Lo escuchó tan de repente... 

Lo sintió como un chispazo. 

¿De dónde pudo salir? 

Dentro de aquel silencio 

cargado de leves susurros, 

aquel canto estremecedor 

le incendió todos los nervios 

que su natural curioso 

había acumulado en su seno.


Fue allí... No, ahí. Volvió a sonar más lejos. 

Ahora más arriba... ¿De dónde le llamará luego?

El espesor de la hojas no le quiso dar respuesta. 

Solo aquel silencio tenso, 

tocado de ansia y de espera, 

cargado de desconcierto. 

Se lo había dicho alguien... 

le gustaba aquella voz con deje de encantamiento.

Pero no sabía quién... ni el porqué de aquel engaño, 

ni el afán de aquel secreto.


La niña volvió a su casa 

rasgada por su adentros, 

desnuda por el engaño. 

Y la niña se fue vistiendo 

con las lágrimas de la rabia 

de sentirse sólo un juego.




CANTO 3º

"SOL"


La niña se echó a la arena,

no pudo más.

Buscaba inundar de calor su cuerpo


Se fue apoderando de ella 

hasta tener lo poros abiertos, 

sedientos de aquella caricia 

tenue en aquel momento, 

para irse haciendo intensa 

y abrazo total luego. 

Le puso un manto de luz 

y entornó los ojos ciegos, 

deslumbrados del fulgor 

que solo veían destellos. 

Se sentía toda día 

aunque estuviese durmiendo. 

Soñaba flotar en los rayos 

hasta cogerse en sus besos.

 

Se despertó de repente. Eran dolores intensos. 
La piel entera le ardía, el abrazo resultó ser fuego. 
Las caricias arrancaron ampollas. Los  ojos le hervían resecos.


Y la niña ansiando frescura 

tuvo que salir huyendo. 

No fue lo que ella buscaba... 

aquel amor no era cierto.




CANTO 4º

"LUNA"


La niña se escurrió de puntillas,

no pudo más:

quería envolverse en la luz del silencio.


La había visto filtrarse 

por el ventanal entreabierto. 

Su quietud era  un reclamo 

que llenaba de misterio 

aquel universo oscuro 

que brillaba sin destellos. 

No lo pudo resistir: 

se envolvió en el terciopelo 

de aquella provocación tenue. 

Se perdió en ensoñamientos 

de ver otro mundo en siluetas, 

de sentir cosquilleos internos 

hasta mecerse en el éxtasis 

de lo excitante y lo nuevo. 

Era como tener en la mano 

las sensaciones con veto 

y dejar a lo prohibido 

deslizarse por el cuerpo.


Tan solo bastó el primer rayo ¿Por qué fue tan pasajero? 

Todo aquel mundo en siluetas desapareció en un momento. 

Fue tan bonito... pero era ficticio. 

Toda aquella sensación de misterio se esfumó de entre sus manos 

¿Cómo vivirlo de nuevo? 


La niña se hundió en sus ojos, 

cayó agotada en su lecho 

¿Por qué se dejó seducir, 

si el allí fue solo un cuento?



 

jueves, 25 de junio de 2020

LUNA


Canto I



Luna,
        luz de noche
        penumbra de día.


Sonrisa plácida, 
                 eterna, 
reflejo y espejo. 


Lejana y cambiante, 
eres algo íntimo:
                  faro cierto, 
ritmo cíclico, 
sorpresa continua...


No sé si cómplice 
              o compañera




Canto II


Nunca me había asomado a la noche.
Solo te vi, luna, entre atisvos.

Un día me fijé en ti: 
en tus ojos hondos, 
                        agridulces. 

Descubrí una mirada atrayente 
y sentí miedo 
de tu hechizo imantado...

Algo me impedía seguirlo, 
pero rompiste las trabas 
y me dejé en ti. 

Fuiste tú, luna, 
    me echaste al riesgo, 
       a ese mundo distinto, 
          inseguro, 
              al caminar a tanteos.

Tu embrujo, luna, 
desancló mi barca, 
                    me quitó el miedo. 

Me dio ojos para ver en lo oscuro, 
sentidos para vivir las penumbras, 
nostalgias de noche en el día, 
piel fresca bajo el sol. 


Canto III

Está la espera vacía.
                No te veo, luna.

La luz es negrura, 
el sentir, noche profunda, 
el alba un retorno fatal 
que me empujará a tu ausencia.

Tu aparecer es siempre parcial:
cara de luz, toda en ojos;
cara oculta, intriga y misterio.


Tu ausencia, ni ojos, ni luz:
mi cara oculta que brota
invisible, 
              inestable, 
sensación de vacío, 
intensidad de misterio, 
suspense que me sumerge
              en ese yo sin terreno.


Algo me grita dentro

que es para volver, 
pero ¿por qué te has ido?



Canto IV

Eres presencia total, luna, 
y lo invades todo con tu luz tenue 
hasta hacer brotar en brillo pálido 
de la misma entraña oscura, 
hasta llenar de sensaciones profundas 
los últimos pliegues de mi noche.

Tu mirar hierático y tierno 
se desliza en luz fría y sentimiento. 
Llegas a mi piel y me estremeces 
pero dentro me desbordas, me creces 
como al agua del mar cuando te siente.

Esa secreta atracción de tu intensidad 
me ha sacado de mí mismo 
y al mirar hechizado tu sonreír permanente 
me he sorprendido conmigo, 
                            con mi adentro intenso 
que solo aflora bajo tu luz velada.

Entonces ya no estás lejos. 
Mi mirar es tenerte cara a cara. 
Tu luz ya no es fría, 
se convierte en caricia suave, 
                       en profundo susurro 
                              en intensa ternura.

Luna llena, te siento así 
como si fueses mi alma.