A tantos niños sufrientes, inmigrantes
o condenados a la pobreza de todo tipo
ENCUENTRO
En aquella soledad
oscura
brillaron dos lágrimas,
cristales del miedo.
El silencio sufriente
quedó
rasgado por llantos
pidiendo consuelo.
Oscuro rebuño
de harapos
perdido en el caos
temblaba un pequeño
Asomaron tímidos,
tapados
por frías neblinas
Dos ojos perdidos,
velados
por legañas de hambre
y de desconcierto.
Sin nada en las manos
que darte
se grabó en mi rostro
tu lánguido gesto.
Aunque no sabía
qué hacer
noté que mis ojos
se hacían espejo,
rasgaban aquellas
neblinas
llenando de luz
tus tristes luceros.
Sal de esos harapos,
mi niño.
El no tener ropas
ni pan ni dinero
no tiene importancia
Haré con mis brazos
un nido tan tierno
que podrás dormir
sin frío
tranquilo, seguro
sin sentir más miedo.
Ni temas al hambre,
mi amor,
de mi propia sangre
haré tu alimento.
NO ESTAMOS SOLOS
El rur run de la nana
que te estoy cantando,
niño,
tiene un eco especial
que me está envolviendo
¿Es a ti o es a mí?
Alguien
nos está arrullando
pegado a mi cuerpo,
niño,
siento otros brazos
que no son los míos.
¿Es a ti o es a mí?
Alguien
nos está meciendo.
En mi seno tienes
un abrigo seguro,
niño.
Todo el calor que sientes
no solo es el mío.
Alguien
nos está cobijando
Esa cara plácida
que tienes dormido,
niño,
es como una luna
que refleja la paz.
¿Es a ti o es a mí?
Alguien
nos está sonriendo.
Cuanto más me cuesta
sostener tu peso,
niño,
brota en mí una fuerza
que llena mis brazos.
¿Es a ti o es a mí?
Alguien
nos está apoyando.
No me importa saber
si te espera un futuro,
niño,
siento un viento continuo
que nos hincha las velas
¿Es a ti o es a mí?
Alguien
nos está impulsando.
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